Indiscutiblemente, existen
diversas situaciones que influyen en la
deserción escolar y en este sentido, puede destacarse que la misma puede
tipificarse de acuerdo a diversos enfoques o perspectivas. En este orden de
ideas, cabe inferir que en lo que respecta a la tipología que se está manejando
en el presente informe, se hace uso de conceptos como: rechazo escolar, deserción como producto del individuo y
deserción como producto institucional, mismos que se detallan a
continuación.
¨
Rechazo Escolar:
Se entiende como Rechazo
Escolar a la dificultad para asistir a la institución educativa, asociado con
la angustia emocional, especialmente ansiedad
y depresión. En
otro orden de ideas, el Rechazo Escolar hace referencia a la negativa a asistir
a la escuela o a la dificultad para permanecer en la misma, basada en
perturbaciones inclusive de carácter emocional en los estudiantes.
El
rechazo escolar debe considerarse un problema serio, porque normalmente
conlleva consecuencias significativas y adversas. Se asocia a pobre rendimiento
escolar, dificultades familiares y problemas de relación con los compañeros de
estudio, docentes o autoridades del centro educativo. Puede aseverarse que,
según diversos estudios, se considera que, aproximadamente, la mitad de los que rechazan la escuela, suelen
fracasar académicamente.
Sin duda alguna, el rechazo escolar interfiere con el desarrollo social y educativo del adolescente. Las consecuencias a largo plazo incluyen: menores oportunidades de acceso a una educación superior, problemas laborales, dificultades sociales y mayor riesgo de enfermedades mentales en el futuro.
En muchos casos, suele suceder que los estudiantes están inclinados por actividades diferentes a las académicas, lo cual puede justificase en varias formas; por ejemplo, que las aspiraciones del individuo aún no están definidas, es decir, no cuentan con un respaldo basado en propósitos y metas que le sirvan al alumno para culminar sus estudios; otra justificante puede ser que la institución escolar no cumple con las expectativas esperadas por el adolescente, en cuanto a los servicios que ofrece o, tal vez, que el medio social del alumno no incluye valores académicos.
Vale la pena recalcar que, cuando existe rechazo escolar, es común la inasistencia al centro educativo, lo que suele provocar en los estudiantes: bajo rendimiento académico, aislamiento, deterioro en las relaciones personales con docentes, alumnos y, sobre todo, un aumento de actitudes negativas hacia la escuela y hacia el propio aprendizaje. En este sentido, puede considerarse al rechazo escolar como la antesala a la deserción escolar.
¨ La deserción como producto del individuo:
Ésta supone que los estudiantes pueden interpretar su abandono como un paso positivo hacia la consecución de una meta, lo cual indica que existirán ocasiones en que los estudiantes desertores serán quienes darán la mejor interpretación cuando en un abandono de estudios existe o no, el fracaso escolar, pues son ellos quienes dicen la última palabra.
En este tipo de deserción, la
institución cumple con los deseos del estudiante, pero ya no puede hacer nada
para poder retenerlos.
El estudiante en este proceso se toma como un receso o lapso de tiempo para poder decidir sobre su futuro, ya sea de tipo académico o laboral. Cabe mencionar que en muchas ocasiones, los estudiantes se inclinan por experimentar en la rama laboral, lo cual les impide seguir sus estudios, dejando la institución educativa y por ende, dejando inconcluso su proceso de formación académica.

¨ La deserción escolar como producto institucional:
Es aquella en donde las causas que originan el abandono de estudios son propiciadas por el mismo centro educativo, cuyo funcionamiento institucional tiene la misión de brindarle al estudiante, el mayor número posible de espacios (académicos, deportivos, recreativos) para que se desarrolle al máximo y pueda generar compromisos con la institución escolar, que a largo plazo aseguren por supuesto, la culminación de sus estudios. En este sentido, no puede obviarse el hecho que los servicios que ofrecen los establecimientos educativos deben ser reales, de calidad y en óptimas condiciones, para asegurar la permanencia del estudiante.
Con base a lo expuesto, puede señalarse entonces que, sin lugar a dudas, las condiciones de los establecimientos educativos deben de ser adecuadas a las necesidades y expectativas de los estudiantes, de tal forma que se les pueda brindar un ambiente agradable donde puedan desarrollar al máximo, sus capacidades y habilidades. Muchos de los establecimientos no cumplen con los requerimientos necesarios para crear el ambiente que se precisa para que exista un proceso educativo con estándares de calidad, es por ello que los estudiantes desertan al no tener una motivación a nivel institucional.
Desafortunadamente, para la institución educativa resulta difícil y hasta frustrante, identificar qué tipo de abandono se puede clasificar en deserción como producto del individuo y cuál es la deserción como producto institucional, pero cuando la institución educativa está consciente de que los servicios ofrecidos son de calidad así como la eficiencia de su personal, difícilmente va a percibir culpa alguna, si llegan a presentarse casos de deserción escolar.
No puede soslayarse que, muchas veces, el abandono de estudios es básicamente un reflejo de las acciones entre el alumno y la institución educativa. Aunque existirán ocasiones en que factores externos al ámbito escolar (familia, economía, contexto) interfieran, será un asunto de dos y finalmente va a depender solo de ellos, la decisión de que exista o no, una baja en la matrícula escolar.

CAUSAS EXTERNAS QUE INCIDEN EN LA DESERCIÓN ESCOLAR
De manera indiscutible, puede sostenerse que suelen ser muchas, las causas asociadas con la problemática de la Deserción Escolar. Tanto es así, que algunos autores suelen hacer la clasificación de Causas Externas e Internas en referencia a dicha problemática.
En lo que respecta a las causas de carácter externo, vale la pena mencionar, que los más influyentes en el tema de la deserción escolar son: el factor familiar, el factor económico y el factor sociocultural; estos son catalogados como factores externos, por cuanto no forman parte de la institución educativa, ni ésta puede establecer mecanismos de retención, ni las medidas de prevención con dichos factores, pues no se encuentran dentro del aula. Sin embargo, no cabe la menor duda que pueden incidir de manera significativa para que ocurra la deserción escolar.
¨ La Familia:
Para nadie es un secreto que la familia constituye justamente, la principal institución social, pues representa un área de desenvolvimiento fundamental en la sociedad, siendo el primer grupo social de referencia del que disponemos los seres humanos.
Por otra parte, las relaciones
familias son consideradas como elemento fundamental en el proceso de desarrollo
de la personalidad, por cuanto desde temprana edad, constituye un marco de
referencia de actitudes y valores que pueden incidir de manera sustancial en el
desarrollo escolar del adolescente.
El entorno familiar es el de mayor influencia para los estudiantes, pues es el hogar el sitio donde se vive la mayor parte del tiempo durante los años escolares, siendo sin duda alguna este ambiente, donde se forma todo un sistema de actitudes, hábitos, conductas y expectativas; de igual forma puede sostenerse que es el círculo social más privado, donde los seres humanos asimilan y refuerzan modelos de identificación, llevándose a cabo una serie de procesos donde cada integrante adquiere hábitos, costumbres, posturas, conductas, entre otras, las cuales, en la mayoría de casos, son trasladadas al ámbito escolar.
La familia bien puede catalogarse como la comunidad natural más importante, pues educa sin intención propiamente dicha de hacerlo. Todos los aprendizajes que se desarrollan en el seno familiar dan lugar a una conducta o hábito que difícilmente pueden cambiar los miembros que constituyen una familia.Generalmente, los estudiantes adoptan conductas y formas de expresión que en muchas circunstancias, son extraídos del propio ambiente familiar; pero cuando dichas actitudes o conductas son reprobables, la institución escolar se ve en dificultades por no poder cumplir con sus funciones, ya que el adolescente se ve imposibilitado al tratar de cambiar patrones de conducta que diariamente suelen ser reforzados cuando regresa a casa.
Con base a lo antes detallado, vale la pena indicar que el proceso familiar es mutuo, esto lleva a pensar entonces que cada miembro aporta hábitos y conductas extraídos del exterior. Por lo tanto, los alumnos pueden aportar y recibir al mismo tiempo, normas de conducta, ya que la educación ejercida se manifiesta a cada momento. No hay que obviar también el hecho que es en la familia donde se pueden llegar a formar las bases del conocimiento, la religión, la moral, derechos, deberes y obligaciones. Así también, la educación familiar llega a constituir la base esencial para vivir en la sociedad.
Por el mismo hecho que la familia es considerada la base fundamental de la sociedad, no puede omitirse que está llamada a cumplir varias funciones básicas, tales como: la función económica, biológica, educativa, cultural y espiritual. Estos suelen ser los indicadores que se utilizan para valorar el funcionamiento familiar, es decir, que la familia debe ser capaz de satisfacer las necesidades básicas, materiales y espirituales de sus miembros, actuando como sistema de apoyo para evitar la deserción escolar.
Por otro lado, no puede negarse que el ambiente social en que se desarrolla el ser humano también influye, pero es la familia, la de mayor influencia, debido precisamente al hecho que la interacción es constante y repetida. En este sentido, puede aseverarse que, cuando existen dentro del seno familiar problemas como: desintegración, falta de comunicación, roces, entre otros, los integrantes se van a ver involucrados física y emocionalmente, lo cual puede provocar distracción, depresión, impotencia, afectando de alguna manera las actividades académicas de los adolescentes.
De hecho, cuando la familia desvaloriza el trabajo escolar, sosteniendo que ir a clases equivale a perder el tiempo; sugiriendo que existen actividades más importantes; exaltando el ejemplo de las personas que triunfan en la vida sin haber asistido a la escuela, inducen al alumno a fijarse otras metas u objetivos, quien pueda ser que continúe asistiendo a clases, pero esperando el momento en que la escuela tome las medidas necesarias para procesar su deserción, sin que la familia le dé importancia a tal suceso.
De lo antes planteado, es que se deriva el hecho que Pilar Gutiez, doctora en filosofía y ciencias de la educación considera que la deserción escolar “es un problema que tiene origen en la familia por lo que se sostiene que la adaptación o inadaptación escolar de los adolescentes, suele estar en relación directa con el clima familiar en que viven” [1]
Con base a lo expuesto, puede sostenerse la idea que la influencia de la familia para el desempeño del alumno en sus actividades académicas es fundamental, pues el adolescente interactúa la mayor parte del día en los espacios escuela/hogar y los relaciona para ir formándose en cuanto a conducta, criterio y hábitos; del mismo modo la familia coincide o inconscientemente podría inducir a que el alumno persista en la escuela o decida abandonar sus estudios.
¨ Factor Económico:
No se puede soslayar que, para la época que estamos viviendo, el factor económico resulta determinante en el propio destino de los seres humanos. Tal es su influencia e importancia, que en diversas partes del mundo, las personas incluso pueden morir por falta de liquidez para comprar alimentos, medicamentos, vestido, etc. Del mismo modo, la falta o carencia de recursos económicos en la familia, la sociedad, y el país, provoca serios problemas de retraso social, cultural, educativo y político.
Indiscutiblemente, cuando las personas cuentan con respaldo de tipo financiero, pueden adquirir diversos servicios para cubrir necesidades fisiológicas (hambre, sed); necesidades de seguridad (casa, atención médica); de esparcimiento (deportes, televisión, uso de internet, auto) y de autorrealización (educación). Con base a lo anterior, resulta comprensible el hecho que, si un estudiante cuenta con capital o recursos económicos suficientes para cubrir gastos por concepto de servicios académicos, le es más atractivo y productivo el asistir a clases ya que cuenta con todas las facilidades para acceder a la educación, y lo contrario sucede con alumnos, cuya falta de liquidez financiera para la adquisición de material didáctico, suele incidir negativamente, provocando por ende, que paulatinamente se vaya ausentando de la institución escolar, hasta dar paso a la problemática de la deserción escolar.
Es más, cuando el capital del que dispone el estudiante no es suficiente para cubrir gastos escolares, esto puede afectar significativamente en lo concerniente a la continuidad de su proceso de formación académica. Sin embargo, si el alumno tiene serias aspiraciones, surge una lucha indiscutible entre la retención y la deserción y solamente la convicción del estudiante, más las circunstancias económicas podrán decidir si se da o no, el abandono escolar.
Con lo antes planteado, no puede omitirse que las diferencias económicas de los estudiantes siempre van a ser notorias dentro de los centros educativos, por cuanto la forma de vestir, los útiles escolares, gastos de recreación, compra de material didáctico, entre otros, van a poner en evidencia a los alumnos de escasos recursos, generando lamentablemente en ellos, algunos complejos de inferioridad. Es más, puede aseverarse que, en términos generales, los estudiantes que suelen afrontar carencias económicas, tienden a ser más pasivos dentro del aula, más inadvertidos, quizá por el temor a evidenciar las limitaciones que los caracterizan.
La falta de capital, tanto en alumnos como en instituciones educativas, limitan el proceso de educación, generando en ocasiones situaciones críticas que desencadenan en el abandono de los estudios. Se asevera lo anterior, puesto que la falta de recursos económicos no solamente suele perjudicar al estudiante como tal, sino también a la propia institución escolar, ya que se dan situaciones en que la carencia o insuficiencia de fondos económicos dentro del centro educativo puede coadyuvar a la deserción escolar, por cuanto al haber escasez de mobiliario, material didáctico, personal, falta de lugares de recreación, entre otros, puede crear en los estudiantes, una sensación de desencanto o rechazo hacia aquella institución que no está llenando sus requerimientos o expectativas.

¨ Factor Sociocultural:
Como es bien sabido, la sociedad constituye el grupo de personas que rodean al individuo con las cuales sostiene relaciones de orden ideológico, cultural, religioso, intelectual, entre otros. Por otro lado, es preciso indicar que la Cultura puede ser definida como un conglomerado de símbolos, normas, creencias, ideales, costumbres, los cuales se transmiten de generación en generación, otorgando identidad a los miembros de las comunidades, que orienta, guía y da significados a sus diferentes quehaceres dentro de la sociedad.
Con base a lo que se ha explicado anteriormente, sobre los conceptos de sociedad y cultura, es preciso mencionar en este sentido, que el factor Sociocultural es aquel que se encuentra ligado directamente con el medio ambiente que rodea al individuo. Cuando una persona interactúa con una sociedad que concibe a la educación como la forma ideal de acceder a la cultura y a un mejor estatus social, sin duda alguna, esa persona buscará la manera de matricularse en una institución educativa para seguir con las normas enmarcadas en dicha sociedad. Y por el contrario, cuando el entorno social de un adolescente no está regido a costumbres académicas, suele impedir que éste se desarrolle en un ambiente socio profesional que le garantice una mejor calidad de vida.
En este orden de ideas, Mónica Sagoils sostiene que la deserción estudiantil debe entenderse “no como un acontecimiento individual aislado, sino como parte de un proceso donde la influencia tanto social como cultural del estudiante, van condicionando las diferentes acciones que éste realiza”[2]
Con todo lo planteado hasta ahora, es comprensible que los contextos sociocultural y familiar van condicionando al adolescente en sus primeros aprendizajes, imponiéndoles hábitos y conductas que para él son de lo más normales, pero al ingresar a una institución educativa y compararlo con sus compañeros alumnos de otros entornos, perciben las diferencia en cuanto a conductas y formas de expresión o lenguaje etc. Es más, si dichos hábitos y conductas no encuadran dentro del entorno educativo, es probable que los alumnos encuentren dificultados en su proceso de formación escolar.

CAUSAS INTERNAS QUE TIENEN UNA FUERTE INJERENCIA EN LA DESERCIÓN ESCOLAR
Ya en apartados anteriores se hizo
referencia a las causas externas que suelen incidir en la problemática de la
Deserción Escolar. Ahora bien, en los párrafos que siguen, se hará alusión
específica a aquellas causas que influyen en la deserción escolar, pero que se
encuentran dentro del aula, esto es, el alumno y la propia institución
educativa.
¨
El estudiante o alumno
En primera instancia, resulta necesario señalar que el concepto “alumno”, bien puede definirse como “un ser educable y sujeto a educación, que asiste a la escuela y lo significaremos a muchas más exactitud cuanto más nos referimos a la educación integral que recibe en la escuela y en la vida escolar” (Sánchez, 1985: 115).
Al referirnos a la deserción escolar,
se piensa inmediatamente en un estudiante que abandona sus estudios, es decir,
en un alumno que fracasa en la escuela, en una persona que deserta. Por lo
tanto, puede afirmarse que la deserción escolar siempre va a involucrar al
alumno.
En este mismo orden de ideas, vale la
pena destacar que un alumno, al matricularse o inscribirse en una institución
educativa, automáticamente, crea ciertos compromisos, los cuales pueden ir
acompañados muchas veces, de metas y objetivos; no puede negarse entonces, que
dichos compromisos van a ser precisamente, consigo mismo y con la institución
educativa a la que pertenece, ed decir, los denominados: “Compromiso
Individual” e “Institucional”.
Compromiso
individual:
Cabe destacar que la deserción escolar
tiene un origen interno, es decir, que gran parte de las causas que originan
que los alumnos abandonen sus estudios son gestionados por ellos mismos, puesto
que, cuando un estudiante evidencia poco o nulo
interés hacia su proceso de formación académica, es muy probable que
éste disminuya paulatinamente en su nivel de rendimiento académico y que
después opte por desertar.
Para Vincet Tinto, el compromiso
individual que asume el estudiante con sus metas y aspiraciones, suelen ser
fundamentales para que éste logre su permanencia hasta la culminación de sus
estudios. Este mismo autor indica que los compromisos individuales pueden
inclusive adoptar dos modalidades sustanciales: con la meta y con la institución. El primero se refiere al
compromiso de una persona con los
objetivos educativos y ocupacionales que se ha fijado; significa que esa
persona aplicará su voluntad para trabajar en la consecución y logro de sus
metas. Ahora bien, el segundo consiste en el compromiso personal con la
institución en la que el alumno se ha inscrito.
Existen dos formas de abandono
estudiantil, vistas desde el compromiso individual. La primera es: la exclusión
por razones académicas, ésta ocurre cuando el alumno va perdiendo interés por
las materias, enfocando su atención en otras actividades y esto podría suceder
cuando las instituciones educativas no tienen bien estructurado un programa
sobre sus labores académicas.
La segunda forma de abandono es: La deserción voluntaria, que sucede regularmente cuando el alumno no tiene dentro de sus metas o aspiraciones terminar sus estudios y solo asistirá a clases como una forma de perder el tiempo, satisfacer a la familia, curiosidad, diversión, etc.
Es importante mencionar que existen alumnos cuyos problemas de tipo económico, familiar o sociocultural, amenazan con obligarlo a que abandone sus estudios; esto puede deberse a que el nivel de compromiso adquirido con la institución y con sus metas o aspiraciones no cuenta con el respaldo suficiente para poder superar adversidades; no obstante, existen otros casos cuya adversidad es demasiada y aun así, el alumno tiene la convicción de continuar con su proceso de formación escolar, hasta culminarlo.

Compromiso
institucional:
No puede soslayarse que, al momento que un adolescente solicita educación a una institución escolar, genera diversos compromisos, ya sea de carácter individual, familiar o social, pero el compromiso mayor lo realiza con el centro educativo donde se inscribe, ya que dicho contrato lo compromete a cumplir con ciertos requerimientos de parte del mismo, tales como: un horario, portar uniforme, conseguir o comprar material didáctico, poner atención en clases, entregar tareas, respetar a los docentes, entre otros.
Existirán algunos casos en que el abandono de los estudios es resultado de los compromisos individuales e institucionales, ya que al comprometerse con la institución se dan interacciones con docentes, autoridades escolares, alumnos etc. y son estos roces precisamente, los que pueden en cierta forma, condicionar la permanencia de los estudiantes en el aula.
Cabe advertir además, que el compromiso institucional que asume el adolescente va a depender de las interacciones que surjan con la comunidad estudiantil y son éstas las que condicionarán la permanencia del estudiante hasta la culminación de los estudios.

¨ La Institución Educativa:
De manera indiscutible, puede aseverarse que la institución educativa desempeña un papel muy importante en lo que concierne a la educación de los estudiantes ya que constituye una base primordial para que se desarrolle el proceso de enseñanza y aprendizaje. En este sentido, no puede obviarse el hecho que los maestros como formadores de cada estudiante son los responsables de retenerlos en sus clases. Es bien sabido por ejemplo, que un buen maestro es aquel que sabe cómo dar sus clases, para que se logre una educación con estándares de calidad y por ende, los educandos sientan el deseo de regresar a las clases todos los días.
Por otro lado, es importante mencionar que las instituciones educativas ocupan una gran parte del tiempo, y de la vida cotidiana de los seres humanos. La falta de integración social e intelectual a un sistema educativo podría conducir a los alumnos a establecer niveles nulos o bajos de compromiso con la institución educativa, aumentando la probabilidad de que el adolescente decida abandonar sus estudios para integrarse a otros grupos sociales ajenos a los educativos en los cuales se pueda sentir aceptado.
Con base a lo antes expuesto, puede
mencionarse que la institución educativa es la encargada de crear las
condiciones y así también, los escenarios adecuados que permitan la idónea
integración social del estudiante en su entorno académico, pues una vez que el
adolescente se sienta integrado en la comunidad estudiantil, el acceso a los
contenidos y actividades le resultará más atractivo y significativo.
RELACIÓN ENTRE LAS CAUSAS EXTERNAS E INTERNAS DE LA
DESERCIÓN ESCOLAR
Al hablar de las causas externas e internas de la
deserción escolar, se hace referencia a una serie de características que
influyen mucho en dicha problemática; y
se asevera entonces que este problema se da debido a que tanto las familias
como los estudiantes y la misma institución, suelen ser los responsables de
dicho fenómeno, o también la pobreza,
falta de empleo de los padres, o por el mismo desinterés del alumno.
En este orden de ideas, puede sostenerse que existe una
significativa correlación entre las causas internas (alumno, institución
educativa) y externas (familia, sociedad y factor económico) de la deserción
escolar, puesto que, cuando el estudiante abandona sus estudios por falta de
recursos económicos o bien, por la influencia de su familia o el contexto
sociocultural, se justifica la intervención de dicho problema. Sin embargo, no
puede negarse que existen alumnos que, a pesar de las adversidades, sobresalen,
lo que hace pensar que tienen carácter y decisión que tal vez no adquirieron en
la familia, a pesar de convivir con ella.
A pesar de lo ya mencionado, hay muchos expertos en la
materia que infieren que es conveniente centrarse en el alumno y en la
institución educativa, como los agentes principales de la deserción escolar,
pues para los docentes y los directivos de los centros escolares, resulta más
accesible crear posibilidades reales de intervención, por cuanto el alumno y
los servicios que ofrecen dichos centros pueden trabajarse, moldearse,
precisamente por el hecho que se encuentran o ubican dentro del mismo
establecimiento.
Se
debe recordar también, que los maestros juegan un rol preponderante y decisivo
en la formación de los educandos y por ello, hay que tomar en cuenta que los actuales y futuros docentes deben de ser mejores a las
generaciones pasadas de profesionales de la educación, para coadyuvar a la correcta preparación y
formación académica de los jóvenes y señoritas.
Por
otra parte, no puede soslayarse por ejemplo, que hay muchos casos de padres de
familia que a los niños de 8 a 12 años los inducen al trabajo duro, no
importando qué clase de trabajo sea, ellos solo lo ven como un negocio que les
deja dinero y no les importa el sacrificio de sus hijos y esto se convierte en
un círculo vicioso. Son pocos los padres de familia que consideran que
educar a sus hijos y mandarlos a las instituciones escolares, les ayudará a salir de la ignorancia y que
posteriormente, esto les brindará mejores oportunidades de trabajo y una mejor
calidad de vida.
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